
EL PULGAR DEL PANDA
Los errores de la naturaleza pueden ser la prueba más espectacular de la evolución de los seres vivos. En su libro “El pulgar del panda”, Steven Gould señala que los órganos como el ojo no pueden utilizarse para demostrar la teoría de la evolución. Sin embargo, el apéndice humano o el pulgar del panda sí proporcionan esa prueba.
El panda, un animal perteneciente al grupo de los osos, perdió su auténtico dedo pulgar hace miles de años; pero cuando su medio ambiente cambió y las hojas de bambú se convirtieron en su principal alimento, tener algo parecido a un pulgar para arrancar las hojas de los tallos fue nuevamente una necesidad. En consecuencia, el panda desarrolló un espolón parecido a un dedo pulgar que se formó al lado del hueso de su muñeca.
De esta manera, la selección natural actúa sobre los seres vivos, permitiéndoles adaptarse lo mejor posible a los cambios en su medio ambiente, a partir de lo que poseen.